¿Cómo sería llegar a un hospital y encontrar un ambiente que fomenta y conserva el bienestar? ¿Un espacio pensado para el autocuidado y que sus instalaciones y entornos le hablen de salud y no de enfermedad? Pues bien, esas instituciones existen y se les conoce como Hospitales promotores. Nacen en Europa en la década de los 90 y se crea un movimiento conocido como “Hospitales promotores de salud”, promovido desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) en esa parte del mundo. Estas instituciones tienen como objetivo mejorar la atención de sus públicos, de manera integral y, para ello, sus principales herramientas son dos actividades: la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad (p y p). Entendida la prevención como la acción orientada a identificar con anticipación los riesgos, para intervenirlos rápidamente, y la promoción como aquellas acciones que buscan empoderar a las personas de su propio desarrollo. En el sistema de salud, las actividades de p y p son responsabilidad de múltiples actores, llámense EPS, IPS, hospitales, Secretarías de Salud, entre otros. En ese contexto, los hospitales de alto nivel de complejidad no son precisamente los encargados de llevar a cabo estas acciones. Para mayor claridad es menester decir que un hospital de esta categoría es aquel que ofrece servicios médicos más especializados y, además, cuenta con las diferentes áreas y recursos, que le aseguran al paciente una atención integral y oportuna. Lo tradicional en este contexto es que una institución se dedica a “curar” la enfermedad y no a realizar acciones tendientes a promover la salud. Este planteamiento retó a tres investigadores de la Escuela de Ciencias de la Salud de la Universidad Pontificia Bolivariana. ¿Por qué no hacer p y p en instituciones de salud especializadas? ¿Será que esas prácticas ya se están llevando a cabo? ¿Podremos tener en Medellín y Colombia hospitales promotores?
Esas y otras preguntas, tras muchas horas de largas conversaciones académicas alrededor de tema, se hicieron los investigadores Juan Guillermo Barrientos Gómez, médico y líder del proyecto, junto a las enfermeras Gloria Ángel Jiménez y Francy Edith López Herrera, de los grupos de investigación en Salud Pública y Cuidado. Posteriormente, emprendieron la tarea de caracterizar la manera como se lleva a cabo la p y p, en unas instituciones de alto nivel de complejidad de la ciudad de Medellín. Con la claridad de que esas entidades están pensadas para la curación y no para la prevención, el equipo seleccionó cuatro instituciones que cumplieran con las características necesarias y luego de los permisos requeridos, comenzaron su investigación para determinar la integralidad de las actividades y programas de p y p.
Tomado de: http://revistas.upb.edu.co/index.php/universitas/article/viewFile/7223/6594